Una de las principales problemáticas del arrendamiento de viviendas es el riesgo de impago.

Para evitar el impago se pide un estudio de solvencia de los posibles inquilinos. Fianza y la redacción de un buen contrato legal blindado. También ayuda cambiar la titularidad de los servicios al inquilino. Si aun así no quieres asumir riesgos lo mejor es contratar un seguro.

Según el Art. 1.124 del Código Civil, el incumplimiento de las partes de las obligaciones resultantes del contrato dará derecho a la parte que hubiere cumplido las suyas a exigir el cumplimiento de la obligación o a promover la resolución del contrato.

Frente al aumento de morosidad en los arrendamientos, los propietarios pueden protegerse contratando seguros dedicados al impago de alquiler. Estos seguros analizan el perfil del inquilino antes de firmar el contrato. Suelen costar entre un 3% y un 6% de la renta anual, cubren los honorarios de la defensa jurídica, en caso de tener que interponer demanda de desahucio, y van según los meses que cubra el impago de la renta y de si quiere cubrir algún importe en daños a la vivienda.